Era un boda civil, en una de esas salas, frías e impersonales, de un juzgado de Nueva York. Los invitados, otras diez parejas esperando para pasar también "por el altar" o, el "estrado", pero en menos de un minuto y medio, esa magia que tiene el amor, hasta en medio de ese contexto, es capaz de hacer de las suyas... ;-)
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